A lo largo de su carrera, la talentosa Taylor Swift nos demostró en múltiples oportunidades que no es solo una cara bonita o una bella voz. Una de ellas fue la reciente ceremonia de los Grammy 2016, donde su último trabajo “1989” se llevó el premio al mejor álbum del año.
Por diversos motivos, lo tenía bien merecido. En primer lugar, Taylor rechazó abandonarse a las decisiones y órdenes de los productores (algo bastante frecuente en la industria musical, sobre todo en el ámbito de las cantantes pop) y estuvo presente en las distintas instancias de la elaboración del disco, hasta el último detalle. Además de desplegar su talento como intérprete, Taylor se encargó de la composición de todos los temas, e incluso de la producción de muchos de ellos.
Y los resultados fueron sencillamente sorprendentes. De las 13 canciones que componen “1989”, 5 fueron lanzadas como sencillos: “Shake it Off”, “Bad Blood”, “Blank Space”, “Style” y “Wildest Dreams”. Todas ellas llegaron a las cimas de las listas más importantes del mundo, marcando un evento sin precedentes en la historia de la música. Además, el álbum en su conjunto recibió excelentes comentarios de la crítica y fue un éxito de ventas.
Este reciente trabajo de Taylor exhibe su estilo, su actitud y su personalidad, única y original. “1989” cuenta con asombrosas canciones y calidad musical, y, a su vez, refleja el compromiso de la artista hacia su carrera, el gran esfuerzo que, día a día, realiza para alcanzar sus sueños y objetivos. ¡Un verdadero ejemplo a seguir!
¿Cuál fue, para ti, el álbum del año?
Fuente de la imagen: https://www.instagram.com/longlivetotaylor/
